EMOCIONES EN TÉRMINOS ELÉCTRICOS
Fuente: La Vanguardia (entrevista publicada el 27 de febrero de 2009)
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Dan Winter, físico, psicofisiólogo, músico, investigador poligráfico, analista de sistemas IBM, 56 años. Nací en Nueva York y vivo en el campo, en el sur de Francia. Tengo pareja. El éxtasis, la felicidad, las experiencias pico… son absolutamente necesarios para la salud y son pura física. Mis conocimientos como ingeniero eléctrico conforman mi idea religiosa
Sabe esa aureola que les ponen a los santos…? Es pura ciencia.
¿Se puede ver y medir?
Uno de mis colegas, el profesor
Konstantin Korotkov, catedrático de la Universidad de San Petersburgo, ha
creado un aparato, el GDV (visualización por descarga de gas), que conectado a
la punta de los dedos ya un ordenador muestra el aura de todo el cuerpo; es
decir, el campo energético.
¿…?
Están utilizándolo ya más de 10.000
médicos, incluida la asociación médica estadounidense. Con el GDV obtenemos
información sobre el estado físico y psicológico del paciente. Nos permite
abordar un nuevo nivel del ser humano, el energético.
Póngame un ejemplo concreto de lo que puede medir el GDV.
La empatía entre las personas:
vemos cómo el aura de las parejas bien avenidas se mue ve entre los dos
cuerpos; y también cómo la gente que toma drogas, legales o ilegales, tiene
agujeros en su aura.
¿Y usted investiga con eso?
Sí. Entre otras cosas, con lo que
ocurre con el aura tras la muerte.
Creo que tendremos que ir despacio.
Cuando morimos, el campo eléctrico,
o lo que llamamos vida, sale del cuerpo. Las constantes de Kluver (un
científico que se dedicó a investigar las experiencias cercanas a la muerte) es
lo que la gente suele ver cuando muere. Se trata de un patrón de simetrías.
¿Todos ven lo mismo?
Sí, primero ven una rejilla, luego
una especie de telaraña, un túnel y finalmente una espiral. Lo que hemos
descubierto es que esos cuatro pasos se
corresponden con la geometría de pliegues de nuestro ADN.
¿Y?
Nosotros somos un colectivo de 3
billones de células, y probablemente cuando morimos nuestro campo
electromagnético se va hacia el centro de cada una de esas células, nuestro
ADN, para luego salir de nuestro cuerpo. Adónde llegue después depende del
grado de fractalidad del entorno en que morimos y de nuestra preparación; puede
llegar a cualquier punto del universo.
Defíname fractalidad.
Una rosa, un helecho, una piña, las
muñecas rusas…, es decir: el interior tiene exactamente la misma forma que el
exterior, y eso es lo que produce la fuerza centrante, la implosión, lo que
provoca que todo se mantenga alrededor de un centro, incluido nuestro campo electromagnético. En realidad,
la fractalidad es lo que genera la gravedad.
¿Todo se pliega sobre sí mismo?
Si, sólo existe una forma que se
comprime infinitamente. Imagine un pequeño chip en el que cabe toda la
información del cosmos; eso es lo que llamamos vacío, que en realidad alberga
toda la energía del universo.
Nuestro campo magnético va variando… ¿en función de qué?
Lo que comemos, dónde nos
encontramos y cómo nos movemos. Un edificio metálico y cuadrado es lo opuesto a fractalidad. Pero durante una
experiencia cumbre, las ondas cerebrales generan la proporción aurea.
…Que obedece toda la naturaleza
Sí,
desde una caracola hasta las galaxias, desde nuestro propio cuerpo hasta
los átomos; todo tiene la misma proporción: es el punto de unión de nuestro
universo, el camino de la unidad, el número phi.
¿Phi o Pi?
Pi es la constante que permite
pasar de la línea al círculo, y phi nos permite pasar del círculo a la espiral,
reentrando en ella misma. Es lo que llamamos autoconsciencia.
El personaje Max Cohen, de la película “Pi, fe en el caos”, ¿se inspira
en usted?
Sí, pero debería haberse llamado
phi y no pi, el productor le cambió el título en el último momento. La película
describe cómo todo está compuesto de espirales y expone paralelismos directos
de mi vida.
¿Y ahora qué le ocupa?
La bioretroalimentación, que nos ha
permitido discriminar las emociones en términos eléctricos, de ahí mi expresión
emoción coherente. Eso ha inspirado notables investigaciones.
¿Con algún resultado revelador?
Se midió, de un modo totalmente
replicable, que el efecto de la ordenación coherente de los armónicos del
corazón en los momentos de compasión o amor causaba una repercusión en el
trenzado del ADN.
¿Qué significa eso?
Que las emociones afectan
directamente a nuestra genética. Y tiene diversas aplicaciones: en estos
momentos, con mi equipo de Inglaterra estamos buscando campos eléctricos
bioactivos.
¿Qué es eso?
Sabemos que una pirámide o un
dolmen pueden afectar a la germinación de semillas, e investigamos cómo crear
un campo eléctrico que prevenga el envejecimiento…, lo opuesto a vivir en edificios y ciudades como los nuestros.
Todos los edificios sagrados están construidos siguiendo la proporción áurea,
de manera que generan un campo eléctrico que facilita el crecimiento, y eso hoy
podemos medirlo.
¿Tenemos que cambiar de vida?
Las enseñanzas espirituales son, en
el fondo, enseñanzas eléctricas. Sólo
tenemos que crear entornos más fractales, comer comida fractal y hacer
ejercicios que nos armonicen con el exterior, así nos llenaremos de vida y
consciencia.
Enseñanzas eléctricas
Ha investigado y ha profundizado
en diferentes campos de la ciencia (geometría, física, lenguaje, consciencia,
geobiología, biología y matemáticas) en busca de leyes físicas que se funden
con la espiritualidad. Es conocido mundialmente por ser el primero en
relacionar el fractal con el origen de la gravedad y por sus teorías
científicas que muestran cómo la ciencia da origen a la consciencia: “Las enseñanzas espirituales son enseñanzas eléctricas y la iluminación es pura física a
nuestro alcance”. Sobre él, Darren Aronofsky realizó (1998) la película Pi, fe
en el caos.
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