miércoles, 20 de mayo de 2015

SIGUE TU PROPIO CAMINO



Comparto este relato para reflexionar:

EL ANCIANO Y EL NIÑO
Un anciano y un niño viajaban con un burro de pueblo en pueblo. Al llegar a una aldea caminando un grupo de jóvenes se rió de ellos, gritando:
-¡Que par de tontos! Tienen un burro y, en lugar de montarlo, van los dos andando a su lado. Por lo menos, el viejo podría subirse al burro.
Entonces el anciano se subió al burro y siguieron la marcha.
Llegaron a otro pueblo y algunas personas se llenaron de indignación cuando vieron al viejo sobre el burro y al niño caminando al lado. Dijeron:
"¡Parece mentira! ¡Qué desfachatez! El viejo sentado en el burro y el pobre niño caminando".
Al salir del pueblo, el anciano y el niño intercambiaron sus puestos. Siguieron haciendo camino hasta llegar a otra aldea. Cuando los lugareños los vieron, exclamaron escandalizados:
"¡Este es verdaderamente intolerable! El muchacho montado en el burro y el pobre anciano caminando a su lado. ¡Qué vergüenza!"
Puestas así las cosas, el viejo y el niño compartieron el burro. El fiel animal llevaba ahora el cuerpo de ambos sobre su lomo. Cruzaron junto a un grupo de campesinos y éstos comenzaron a vociferar:
"¡Sinvergüenzas! ¡Van a reventar al pobre animal!"
El anciano y el niño optaron por cargar al burro sobre sus hombros. De este modo llegaron al siguiente pueblo. La gente se apiñó alrededor de ellos. Entre las carcajadas, los pueblerinos se burlaban gritando:
"Nunca hemos visto gente tan boba. Tienen un burro y, en lugar de montarse sobre él, lo llevan a cuestas. ¡Esto sí que es bueno! ¡Qué par de tontos!"
Al dejar el último pueblo, el anciano y el niño ya no sabían cómo enfrentar la próxima aldea, las críticas los habían confundido, así que se sentaron frente a un río, y al mirar el reflejo de sus rostros en el agua comprendieron que su camino dependía sólo de ellos.


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